Cuando los investigadores comienzan a estudiar la Ley del Almirantazgo y el comercio, inevitablemente se topan con el Código Comercial Uniforme (UCC). Es fácil pensar que este código es la "Biblia" definitiva del comercio. Sin embargo, el UCC es, en esencia, una normativa doméstica de los Estados Unidos.
Si miramos el tablero de juego global, existe un arquitecto mucho más grande y silencioso que diseña las reglas bajo las cuales operan las naciones: UNCITRAL (o CNUDMI en español). Mientras debatimos sobre leyes nacionales, una "red invisible" de tratados está armonizando el comercio mundial bajo un solo estándar. ¿Siguen siendo soberanos los Códigos de Comercio de países como Alemania, Francia o Italia?
1. La ilusión de la soberanía nacional
Muchos lectores se preguntan: "Si vivo en Francia o en Europa, ¿por qué me importa el UCC o el Derecho Internacional? Mi país tiene su propio Código de Comercio". Y es cierto. España tiene su Código de Comercio de 1885, Alemania su HGB, y Francia el suyo.
Sin embargo, en la jerarquía legal moderna, los Tratados Internacionales suelen estar por encima de las leyes nacionales. Aquí es donde entra la estandarización. La mayoría de los países europeos (y del mundo) han ratificado convenciones que "anulan" o "sustituyen" partes de sus leyes locales cuando se trata de comercio internacional. La soberanía comercial absoluta es, hoy en día, una ilusión técnica.
2. ¿Qué es UNCITRAL?
UNCITRAL son las siglas en inglés de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI). Establecida en 1966, su objetivo no es "gobernar" a la fuerza, sino "armonizar".
Su misión es eliminar los obstáculos legales al comercio internacional. ¿Cómo? Creando "Leyes Modelo". En lugar de imponer una ley, la ONU redacta una plantilla perfecta y le dice a los países: "¿Por qué no copian y pegan esto en sus constituciones?". Poco a poco, las leyes de todos los países empiezan a parecerse idénticamente, creando una Lex Mercatoria (Ley Mercante) global unificada.
3. La herramienta clave: La Convención de Viena
Para entender cómo nos afecta esto, debemos mirar la CISG (Convención de Viena sobre Compraventa Internacional de Mercaderías), que es el "hijo predilecto" de UNCITRAL.
Si una empresa en Valencia (España) compra mercancía a una en Nueva York (EE.UU.), no se pelean por ver si usan la ley española o la americana. Automáticamente se aplica este tratado de la ONU (a menos que pacten lo contrario). Este es el verdadero poder: un marco supranacional que regula el flujo de bienes y dinero, operando por encima de las fronteras físicas, muy similar a cómo opera el Derecho Marítimo en aguas internacionales.
4. El factor UNIDROIT: Los principios éticos del comercio
No podemos cerrar este mapa global sin mencionar a UNIDROIT (Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado). Curiosamente, su sede está en Roma, cerrando el círculo histórico con el Derecho Romano.
A diferencia de UNCITRAL, que crea "leyes puras", UNIDROIT establece los "Principios sobre los Contratos Comerciales Internacionales". No son leyes obligatorias (hard law), sino "Soft Law" (normas blandas). Sin embargo, son vitales: cuando hay un vacío legal o una disputa entre dos gigantes comerciales, los jueces y árbitros usan los principios de UNIDROIT para interpretar la "buena fe" y las costumbres. Son la brújula moral que guía la aplicación técnica de la ley siempre y cuando ambas partes de mutuo acuerdo hayan elegido estar sujetos a los principios UNIDROIT y así lo reflejen sus firmas en el contrato.
Consideraciones finales
Mientras el UCC regula el comercio dentro de la potencia económica americana, UNCITRAL es el organismo que teje la red global. Estamos presenciando el resurgir de un sistema romano-marítimo globalizado, donde las fronteras políticas importan menos que los contratos comerciales. Entender UNCITRAL es entender las reglas del juego de la globalización.
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